viernes, 15 de diciembre de 2017

Buenas noches, Puntillas, Polly Dunbar

Buenas noches puntillas, Polly Dunbar

(Libros para niños)

Este es uno de los libros que ya llevan bastante tiempo en un armario para dejar sitio a todos los nuevos, pero también es uno de los clásicos en nuestra biblioteca, uno de los que a M. le encantó y que miramos y leímos una y otra vez durante mucho tiempo.

Buenas noches puntillas, Polly Dunbar
Puntillas es un conejito de orejas imposibles que es uno de los seis personajes de esta colección.
Todos ellos están creados de forma que a una se le derrite el corazón de ternura. 


Son muy entrañables y divertidos y están dotados de algunos de los rasgos de carácter que hacen tan especiales a los niños, y que algunos autores de libros infantiles consiguen reflejar en sus creaciones (lo cual no es nada fácil). 
Buenas noches puntillas, Polly Dunbar
Armando ruido

Esto hace que los pequeños lectores a los que les leemos la historia se sientan muy identificados con ellos y por eso les guste tanto.

Buenas noches puntillas, Polly Dunbar
Aquí tenemos a Romeo y a Tilly

Buenas noches puntillas, Polly Dunbar
Aquí están Plu, Dudu y Pataplan y Romeo, muertos de sueño.
Tilly y sus cinco amigos viven en una casa amarilla de líneas fantasiosas. Las ilustraciones se centran en ellos y así, aunque los colores utilizados no son muy chillones, resaltan sobre los fondos de colores planos.
Buenas noches puntillas, Polly Dunbar

Podemos pensar que Tilly es una niña y todos los demás personajes son sus peluches, que cobran vida cuando están solos, lejos de la mirada de los adultos (este es un leiv motiv recurrente en la temática infantil). Pero seguro que los niños lo interpretan de otra forma.

En esta aventura, Tilly hace el ritual nocturno para que todos tus amigos se vayan a dormir, pero puntillas no tiene sueño, se inventará mil locuras y formará una gran lío antes de caer rendido...

Buenas noches puntillas, Polly Dunbar
Exactamente como hacen los niños pequeños, los conocidos como todlers en inglés, pequeñajos de entre uno y o cuatro años, que, para que negarlo, están locos.

Y Polly Dunbar, en esta serie, ha captado su maravillosa "locura". En cada uno de los libros uno de los personajes será el protagonista y tratará un tema importante para los niños en su día a día, así como divertidas maneras de lidiar con el aprendizaje vital que implica ir creciendo (sin moralinas y con un lenguaje limpio y directo dirigido a los niños/as y no tanto a sus padres, como sí pasa con otros libros infantiles).

Buenas noches puntillas, Polly Dunbar
Puntillas no para de liarla

Al fin y al cabo, él aún no quiere irse a dormir

Esta es la página web de la autora, que podéis visitar para ver otras de sus creaciones.










La serie de Tilly y sus amigos se compone de los siguientes títulos: Querido Romeo, Hola Tilly, ¡Qué guapa eres, Plu!, ¿Dónde está Patapam?




Y después de ocuparse de todos ellos... Tilly se siente triste por no tener a nadie con quien dormir, pero...


no contaba con puntillas, que siempre está dispuesto a ayudar, aunque se ponga muy pesado para irse a dormir.






* (Si te gusta este libro y no puedes conseguirlo en tu librería de barrio o en la biblioteca (que siempre son las opciones más recomendables), puedes comprarlo a través de este enlace y ayudarme a mantener el blog. Muchas gracias).

domingo, 26 de noviembre de 2017

Clavícula, Marta Sanz




Clavícula, Marta Sanz


Hay dos tipos de libros de Marta Sanz, unos son los de ficción, como Farándula, (que no me llaman mucho la atención) y otros, los autobiográficos, como Lección de anatomía y este: Clavícula, que me encantan y son los que me hacen apreciar su escritura y la gran escritora que es.


Esta es una novela / reflexión / ensayo / libro híbrido sobre la enfermedad, la hipocondria y la precariedad del mundo cultural. Y sobre las complejas pero fluidas relaciones entre estos tres elementos materializados en la vida de Marta Sanz.


El libro empieza con una punzada, un dolor en un punto indeterminado cerca de la clavícula, que sirve de pretexto (que fea palabra para lo que en realidad siente la escritora), para el tema y el proceso creativo de este libro, que va avanzando a la vez que avanza el dolor, las inseguridades, los miedos al futuro... de la autora.


Resuena conmigo porque yo también soy hipocondriaca. Y es una enfermedad incomprendida y denostada por todos los que te rodean, a los que torturas con tus preocupaciones de salud.


Como dice Silvia Nanclares:

"La emoción es el nuevo punk". 

Entonces este libro es muy punki, aún más cuando habla de dinero, de la desazón de creerte de una clase social, pero no tener dinero real para permitírtelo. Y si ella, autora consagrada, está así, imaginaos cómo esta el resto de las personas que se dedican, nos dedicamos, a las letras.

Habla de dinero, con cifras, sin miedo ni verguenza, porque no hay que esconder lo malo, lo difícil, ni cargar con una culpa individual magnificada de lo que en realidad es un problema social: lo pésimamente remunerado que está todo lo que tenga que ver con el mundo de la cultura.


Algunas de las declaraciones de intenciones de Clavícula:

"Es posible que no haya motivos para marcar una línea divisoria y separar con un bisturí los temas literarios de los temas rutinarios, los manojos de cebolletas o las copias de las llaves de la extraña y mórbida descomposición del señor Valdemar".


También hay reflexiones contra la dictadura de la juventud, la turgencia de la vagina y los orgasmos gimnásticos cuando ya se tienen 50, y que sea por obligación, que lo que le jode, sobre todo, es la obligación.


"Pero sé que el estrés es una de las causas de la ausencia de deseo, más allá del desgaste, la saturación, la edad, el aburrimiento, la falta de ocurrencias, la pereza, el miedo, la abulia en sí, las ganas de olvidar el propio cuerpo por dentro y por fuera...


Y sobre los síntomas sociales de la hipocondria.
(Esto podría haberlo escrito yo de mi puño y letra)...

"No me he encerrado en casa y he comentado con todo el mundo las características e intensidad de mis síntomas. El color de mi enfermedad y mis evoluciones. Ahora he de rendir cuentas con todos los que me han escuchado. Siento la mala conciencia de haber sido muy pesada y ahora necesito tranquilizar a mis amigos. Pegar un cerrojazo. No hablar más del asunto. Mentir".


Hablar así sobre el dolor, desde la víscera y la verdad es muy valiente y ya es hora de que la literatura también saque estos temas a la luz y que sean considerados igual de válidos que un análisis histórico o una epopeya familiar.

(*Si te interesa este libro y no lo encuentras en tu librería de barrio o en la biblioteca, puedes comprarlo a través de este enlacey ayudarme a mantener el blog. Muchas gracias.) 



domingo, 19 de noviembre de 2017

Flores en las grietas. Autobiografía y literatura, Richard Ford


Flores en las grietas. Autobiografía y literatura, Richard Ford

Flores en las grietas es una recopilación de artículos, ensayos, prólogos a otros libros y reflexiones de Richard Ford, sobre todo sobre literatura y escritores, pero también sobre la vida, así en general, sobre la extrañeza y la magia que la caracterizan.

De nuevo estoy ante un escritor al que no conozco más que de nombre y del que aún no he leído ninguna novela ni relato, así que este collage literario es mi primer acercamiento a su escritura. Y me gusta.

La primera impresión que me llevo de esta recopilación de escritos de Richard Ford es su inmenso amor por la literatura, por su apuesta por la ficción como forma de acercarse al mundo y herramienta privilegiada para redimir sus miserias y su crueldad.

En "Qué escribimos, por qué lo escribimos y a quién le importa" (ya solo el título me da una pequeña descarga de placer en mi hipotálamo de escritora), Ford se dirige a una audiencia de jóvenes escritores o estudiosos de la literatura tocando las cuerdas justas, aquellas que que separan el plumbor académico  de la visceralidad real de la escritura y de su papel en la sociedad. 

"En efecto, en esos momentos de impotencia, el impulso de escribir o de leer una novela debería ser un impulso salvador".



"En consecuencia, últimamente he pensado a veces que ha de ser muy difícil comenzar a escribir hoy, en un tiempo universitario en el que relatos y novelas son reducidos a la condición de textos a los que se atribuyó el significado opuesto al que evidentemente tienen". 


(Artículo plagado de lúcidas reflexiones sobre lo que ha supuesto la irrupción de los estudios culturales y comparados en las cátedras de Literatura de las universidades norteamericanas, y como estos, más allá del valor innegable de nombrar y dar voz a los márgenes, le quitan todo el valor a la ficción, a lo literario, en favor de la Historia, la psicología o el análisis sociológico).

"(...) en el que piensa que la literatura está en quiebra y es aburrida".

 Flores en las grietas da para mucho más y ha sido un placer leerlo, pero esto es todo lo que me apetece contar sobre él. Si os pica la curiosidad, buscad al hombre del pelo blanco.




domingo, 10 de septiembre de 2017

El secuestro de la bibliotecaria, Margaret Mahy





En El secuestro de la bibliotecaria tenemos a dos personajes principales: Ernestina Laburnum y Bienvenido Bienhechor. Este último es el jefe de una banda de malhechores. Muy a su pesar (solo hay que ver las ilustraciones), produce más ternura que miedo, casi es un hipster de barba lustrosa. 

El caso es que la banda de Bienvenido decide raptar a la señorita Ernestina, la bibliotecaria del pueblo. Ella se sorprende mucho porque es huérfana y no tiene dinero, pero los bandidos le aclaran que su intención es pedir por ella un rescate al ayuntamiento.

Con lo que no cuenta Bienvenido es con que Ernestina ha estado expuesta al sarampión ya que visitó a una amiga cuyos cuatro hijos estaban infectados y... todos los bandidos se contagian. 

Aquí tenemos el primer giro de la historia, la señorita Laburnum ya no es una pobre damisela en apuros, sino que ahora es la persona que maneja la situación y que en su biblioteca puede acceder al Diccionario práctico de medicina familiar para tratar la enfermedad y aliviar los síntomas de los bandidos.

Ernestina insta a Bienvenido a quedarse con los demás en cuarentena, por lo que no podrán robar hasta que estén completamente recuperados. Bienvenido, con un suspiro, le da la razón a Ernestina y le deja ir a la biblioteca a sacar el libro "Puede ir a buscar el libro y nos olvidaremos del secuestro de momento. Pero solo de momento, ¿eh?", le dice.

A la vuelta de la biblioteca, Ernestina se transforma en enfermera de los ladrones, pero no solo en eso, ya que llega cargada de libros y para hacerles más amena la convalecencia en cama empieza a leerles. "Empezaremos por Ali Babá y los cuarenta ladrones. Luego iremos leyendo libros más complicados". Nunca nadie había leído a los ladrones y ellos se deleitaban con Alicia en el país de las maravillas, Robín de los bosques y tantas otras historias. 

El Diccionario práctico de medicina familiar resultó de lo más útil y Ernestina encontró en él un montón de recetas de cocina muy apetitosas que le copió al bandido jefe para que toda la banda empezara a comer mejor. 

"Como ya había abandonado la idea de secuestrar a la bibliotecaria, el jefe pensó en secuestrar el libro. Pero la señorita Laburnum no se lo permitió".

Al final, llegaron al acuerdo de que los ladrones podrían ir a la biblioteca y consultar o tomar en préstamo los libros que les apeteciera... y esto solo es el principio de un enamoramiento entre los bandidos y los libros, y entre Bienvenido y alguien más.



Pero como no os quiero reventar más el cuento, el resto de la historia la dejo en suspenso para que la leáis (o más posiblemente se la leáis a los nenes). 


Esta pequeña novela para niños/as tiene muchos puntos a su favor para que me guste:

1. Está ilustrada por Quentin Blake, el fresco, irreverente y divertido ilustrador de cabecera del incomparable escritor Roald Dahl. A Quentin Blake lo tengo grabado en un rincón profundo de mi memoria de niña, así que cuando veo sus dibujos salivo como el perro de Paulov.

2. La protagonista es bibliotecaria, una profesión estupenda, y también es valiente y resolutiva... Como lo son millones de mujeres, aunque no aparezcan así retratadas en suficientes libros, y menos de literatura infantil.

3. Es una relectura sin melindres del mito de la bella y la bestia sin machismo encubierto.

* (Si te gusta este libro y no lo encuentras en tu librería de barrio o en la biblioteca, puedes comprarlo a través de este enlace y ayudarme a mantener el blog. Muchas gracias). 



miércoles, 2 de agosto de 2017

Soy leyenda, Richard Matheson

Soy leyenda, Richard Matheson

Hay que ser benévolo con las reseñas y los reseñistas en verano, sobre todo cuando estos últimos aún no tienen vacaciones, y eso es ni más ni menos lo que os pido.

En Soy leyenda hay un hombre, solo, en una ciudad, los Ángeles, en 1976, en el futuro del pasado (la novela fue escrita en 1953), un futuro sobre el que ya hemos pasado, del que nos hemos librado, que quizá aún nos acecha en un pliegue del espacio-tiempo.

Distopia escueta, distante, cortante y fría como la hoja de metal de los cuchillos con los que Robert Neville tiene que defenderse de los "vampiros" que cada noche arañan las puertas y las ventanas trabadas con madera. Su casa convertida en búnquer obligado.

La tercera persona es tan directa que casi parece que es el propio Neville el que nos cuenta su historia: la soledad, la ansiedad, las alucinaciones, el miedo, el desconsuelo, la esperanza ciega diluida en las botellas de whisky que se suceden noche tras noche.

¿Y si los vampiros no fueran tales, sino seres vivos infectados con una suerte de virus que los arranca de la muerte para hacerlos penar en una no-vida vidriosa? 


Pandemia, guerra bacteriológica... solo llegamos a saber lo que descubre Neville en su laboratorio casero. 

La distopía me deja siempre con ganas de más, conjura mis miedos, conduce mis temores por los derroteros de la ficción.

¿Qué ocurrirá cuando la monotonía violenta de los días de Neville se vea interrumpida por la visión de otro ser humano? ¿Hubiese sido mejor haber seguido solo?

*(Si te interesa este libro, y no lo encuentras en tu librería de barrio o en la biblioteca, puedes comprarlo a través de este enlace y ayudarme a mantener el blog. Muchas gracias).

jueves, 20 de julio de 2017

La pequeña princesa, Tony Ross

La pequeña princesa, Tony Ross


La pequeña princesa es una serie de cuentos escritos e ilustrados por el autor inglés Tony Ross. Cuando yo tenía cuatro o cinco años, unos de mis cuentos favoritos eran los que tenían como protagonista al perro Rodolfo, cuyas torpezas, muecas y aventuras me hacían partirme de la risa. Hace poco descubrí que su autor también era Tony Ross.
Tony Ross nació en Inglaterra en 1938 y es un autor muy famoso de libros infantiles.
La pequeña princesa, Tony Ross
Me encanta la reacción de la pequeña princesa cuando le dicen que tiene que usar el orinal.

La pequeña princesa, Tony Ross

El personaje de la pequeña princesa, al igual que el perro Rodolfo, tiene un humor peculiar y en seguida se hace querer por los lectores. A esto contribuye el cómo están dibujados y las historias que les pasan.
El universo de la pequeña princesa tiene un toque surrealista y de humor absurdo muy bien logrado que lo aleja de muchos cuentos infantiles que pecan de ñoños.
La pequeña princesa, Tony Ross
La princesa es una niña de cuatro años muy curiosa y atrevida, y siempre está organizando algún lío a sus familiares o a los trabajadores del castillo.

Me encanta que la pequeña princesa se aleje del universo "princesil" (que tanto gusta a muchas niñas, M. incluida, durante una etapa que se hace muy larga) ya que no lleva vestidos pomposos ni caga purpurina, sino que siempre va con un camisón blanco hasta los pies. Y al reflejar un universo surrealista y fantasioso, lo poco que queda de los clichés rancios de príncipes y princesas está tamizado por el inteligente y travieso humor de Tony Ross.
La pequeña princesa, Tony Ross
Aquí vemos a la princesa, roja por el esfuerzo y muy orgullosa de su creación.
Las fotos que incluyo hasta aquí son del primer libro de la serie que encontramos, en alemán, en un bazar de libros para regalar en la biblioteca. Es un libro muy divertido para tratar el temazo de quitar el pañal y empezar a usar el orinal, y los niños/as se pueden sentir muy identificados con las aventuras y desventuras de la pequeña princesa en esa situación.
La pequeña princesa, Tony Ross

La pequeña princesa, Tony Ross









*(Si te interesa esta serie de libros y no los encuentras en la biblioteca o en tu librería de barrio, puedes comprarlo a través de este enlace y ayudarme así a mantener el blog).

jueves, 6 de julio de 2017

Escribir mujer: Rocío Sliva Santiesteban

ROCÍO SILVA SANTIESTEBAN (Lima, 1963-)

«Escribimos para ser». Elena Poniatowsca
«No quiero la belleza, quiero la identidad». Clarice Lispector

Esta escritora peruana ha publicado cuatro libros de poesía: Asuntos circunstanciales (1984), Ese oficio no me gusta (1987), Mariposa negra (1993, 1998) y Condenado amor (1995) y uno de relatos, Me perturbas (1994 y 2001); también destaca en su labor ensayística y teórica, en particular sobre temas de género.


R.S.S se posiciona en contra de la afirmación de que la literatura no tiene género (entendido este como la construcción social de la diferencia sexual). Para ella lo literario no puede escapar de los roles sociales asignados a hombres y a mujeres. Por lo tanto, la literatura escrita por mujeres estará impregnada inevitablemente por esa huella. Este debate ha dado lugar a muchas opiniones encontradas dentro y fuera del feminismo.

Las mujeres que escriben desde una conciencia feminista buscan encontrar su voz, tradicionalmente silenciada o ninguneada por una sociedad patriarcal. El lenguaje es un arma de poder. Las mujeres como grupo minorizado (término utilizado por Susana Reisz): marginadas en el interior de cada cultura y de cada clase social, tienen que hacerse un hueco en la lengua dominante cuando escriben y usurpar/conquistar su espacio, lo cual convierte el ejercicio de la literatura en un acto combativo en sí mismo.

Estas reflexiones se inscriben en el contexto del feminismo en Latinoamérica a partir de los años 80, que suponen la asunción plena de postulados feministas reivindicados y luchados en las dos décadas anteriores, que buscaban sacar a la luz los mecanismos opresores de la cultura patriarcal y preguntarse por la identidad femenina en general y la identidad de la mujer latinoamericana en particular. Hay un cuestionamiento de los estereotipos de la feminidad impuestos a las mujeres y a la vez buscan sacar a la luz la propia voz, el relato de la propia experiencia. En este contexto es en el que se inscribe la vida y la obra de R.S.S.

Rocío Silva Santiesteban, haciendo suyas las palabras de la periodista Maruja Barrij, se define como una «pequeño burguesa ilustrada», autodefinición que nos da una idea de la posición desde la que escribe.



Hasta mediados del siglo xx la literatura escrita por mujeres había sido considerada y etiquetada como una literatura menor: anclada en lo privado (lo cotidiano y la familia), ausente de nivel simbólico, fragmentaria, subjetivista, sentimental, etc., con un sentido claramente peyorativo. Desde la crítica literaria feminista se ha buscado dar la vuelta y subvertir el valor que se les ha otorgado a estos textos y hacer una reivindicación de «lo íntimo» en la literatura. ¿De qué van a escribir las mujeres si lo público les está vedado? En este sentido la autora afirma: «La mujer posee esa ansiosa búsqueda de lo íntimo, de lo interior, busca una trascendencia en lo cotidiano […], porque una mujer escribe desde los márgenes, desde lo subalterno, desde otro lugar diferente y diferenciado al lugar del varón en la cultura»[1]. Así lo privado se convierte en político.

El volumen de cuentos que voy a comentar se titula Me perturbas y se publicó en 1994. Es un título muy bien escogido ya que la sensación que produce su lectura es de perturbación. Y se presta a un juego de sentido: ¿a quién perturban estos relatos? ¿al lector? ¿a la sociedad machista peruana? ¿a un sector del feminismo? En este sentido es un libro políticamente incorrecto. Provocador, escalofriante, no deja indiferente, hiere la sensibilidad y no hace concesiones. Relata historias siniestras y marginales. Los personajes de estos cuentos están marcados por la incomunicación y la violencia. Los cuentos suelen reducirse, a excepción de «El limpiador», a una sola escena que se narra in media res, sin poner en antecedentes al lector, que va intuyendo retazos de la historia mediante pinceladas. No se reconoce en ellos un entorno social, no se mencionan calles o hechos que guíen al lector sobre dónde se desarrollan los acontecimientos, más que en un par de cuentos en los que se menciona Lima. En este sentido, es claramente subjetivista. Para ilustrar un poco más concretamente los cuentos voy a referir en pocas palabras el argumento de cada uno de ellos: En Aura, una anciana instruye a una mujer joven sobre cómo matar a un hombre, mutilándolo. Esas cosas que piensan las mujeres narra los sentimientos de soledad de una mujer después de acostarse con un hombre que en realidad no le atrae. Dulce amor mío cuenta una fantasía sexual sadomasoquista llevada a sus últimas consecuencias de muerte. En Aragato bar, una discusión sobre la tristeza acaba con el suicidio de un poeta y la indiferencia de los que le rodean. Del mismo lado, un hombre y una mujer en la cama; ella le guarda rencor porque antes tuvo otra pareja y ella duerme en su lado de la cama. El cuento se resume en su frase final: «Ella le susurró, “te detesto”. Entonces él la deseo más». En Vete de mí, unos antiguos amantes quedan una vez al año para tener un encuentro sexual, pero el ambiente entre ellos es tenso. De su conversación se deduce que mientras ellos están allí la actual pareja de él se está haciendo cortes en la vagina con una cuchilla de afeitar. Este cuento es interesante porque es en el único en el que se hace una mención a sucesos exteriores reconocibles de la violencia que vivía Perú en los 80. «El ambiente y todo aquello que lo rodeaba eran demasiado para él. Sobre todo en los últimos días: las esquirlas de los últimos sucesos (atentados, cochebombas, cadáveres encontrados en los acantilados de la costa, cajas de leche con restos óseos)». En La sustituta. una niña tiene miedo de volverse loca porque se ha tomado por error las pastillas (no sabemos de qué tipo) de su padre, que suponemos un maltratador. Su miedo se va perfilando en temer que su madre, cuando vuelva a casa, no sea ella sino una mujer que se hace pasar por ella, y a pesar de que todo parece una paranoia la ultima frase nos deja la duda de si realmente es así. Deja vú narra precisamente eso, el deja vú de una mujer de clase alta que se torna una pesadilla en la que contempla a su hija muerta. Rara avis es el cuento más irreal. Es el relato de un hombre que vive con un ser fantástico al que describe como un monstruo y que es su mujer y al que después de múltiples vejaciones acaba matando. En El limpiador, un hombre encarga a un sicario que vengue el asesinato de su hija. Este lo hace y termina comiéndose el corazón de su víctima.

El ambiente de la mayoría de los cuentos es pesadillesco, y de todos ellos desasosegante y desolado. Siempre hay en ellos una violencia latente: verbal, psicológica, física o todas ellas. Y en todos, de una u otra forma, la mujer aparece como un ser violentado, por sus compañeros sexuales, por su padre o por la sociedad en general, de una forma cruda y lacerante que bajo mi punto de vista funciona como una denuncia. Rompe con la imagen tradicional del amor, que aquí llega a ser algo aterrador y malsano.
No hay uniformidad en la voz narrativa: hay cuentos en primera persona, a veces hombres, a veces mujeres; y otros relatados por un narrador omnisciente. Lo que aúna las voces creo que es un objetivismo en la forma de narrar, la autora se muestra emocionalmente distante, no da opiniones, pero el lector sí las saca. Los protagonistas son outsiders, marginados, marcados por la dominación y la violencia.
Con respecto a los temas c
onsidero que hay dos leit motiv o ejes que vertebran la obra: el erotismo/lo sexual y la violencia. En muchos de los relatos aparecen mezclados y otros solo son violentos, a secas, aunque bajo mi punto de vista esa violencia siempre está motivada por lo sexual, aunque sea de una forma simbólica o no se explicite en el texto. Los cuentos toman partido y denuncian, desde una reelaboración artística y deconstructivista, nada panfletaria, el machismo imperante en la sociedad en general y en la sociedad peruana en particular., y como ese machismo degenera en violencia y relaciones de dominación/sumisión.

El erotismo funciona como una subversión del lenguaje dominante y de lo racional, símbolos de lo masculino. Creo que hay una intención consciente de conectar con lo visceral, que también es emocional. La pulsión deseante del individuo (las pulsiones y fluctuaciones del deseo). El erotismo trasciende lo cotidiano y abre una puerta a una región diferente del ser. Pero el erotismo de «Me perturbas» es de todo menos complaciente y está cercano a los postulados de Bataille y Sade. Bataille define el erotismo como la presencia de la vida dentro de la muerte y de la muerte dentro de la vida. Para él en la vida existen dos fuerzas: una tiende a la individualización (supervivencia) y la otra tiende a la fusión (descomposición del individuo y por lo tanto muerte). Esta segunda fuerza es la violencia. En el erotismo ambas fuerzas entran en acción. El individuo quiere seguir siendo él mismo y a la vez fundirse con el otro. Él ve esta fusión como destrucción, violencia y muerte. El erotismo entendido como trasgresión, violencia, profanación, voluntad de anularse y anular. El sexo como animalidad que rompe los pudores de la vida cotidiana. El erotismo es una forma de conocimiento a través del cuerpo. Las palabras son controlables, el cuerpo no.

En «Me perturbas» la narradora es una mujer de mediana edad enamorada de Val, un hombre más joven que ella. El cuento supone una revisión del tópico del romance entre una mujer mayor y un hombre joven. Estereotipo en el que la mujer suele salir malparada en las opiniones de los demás, que la juzgan. La acción se desarrolla en un tiempo indefinido, pero corto, en lo que suponemos son unas vacaciones de un grupo de amigos en un hotel. No se explica el por qué les acompaña la narradora. La pasión que siente la mujer se va perfilando como enfermiza en una noche en un bar en la que ella le acaba lanzando un dardo a su amado, por despecho, y como este acto violento parece ser lo único que despierta el deseo del joven por la mujer. Val le pide/ordena que se autolesione. Y los dos últimos párrafos suponen el clímax del cuento con una escena sexual, cuanto menos extraña, que comienza con ella chupándole la sangre de la herida que le ha proferido momentos antes. Este cuento es una deconstrucción de los tópicos del enamoramiento, que aquí no tiene nada que ver con el amor romántico, al que incluso ridiculiza como falso: «Las conversaciones de los amantes son generalmente monosilábicas, […] ¿ah?, ¿qué dices? (…) Todo el resto son situaciones falsas, descritas solo por quienes nunca vivieron hasta hacerse daño, descritas para crear un ambiente rosado y macilento». El objeto de amor no está idealizado, la protagonista es una antiheroína. 

Los personajes solo pueden expresar el amor a través del dolor. Hay dos momentos diferentes en la relación entre estos dos personajes marcados por las frases de la mujer: «Así que debo comportarme como una dama» (guardar las apariencias) y «He dejado de comportarme como una dama» (cuando se abandona al deseo). La descripción que hace la mujer de lo que está sintiendo es muy acertada, con imágenes poderosas. «A todo lo que siento no sé si llamarlo dolor o sosiego o deseo». El discurso se muestra fragmentado, como si siguiera el devenir del pensamiento de la narradora. No se da importancia a lo externo, que se presenta solo a través de pinceladas. El énfasis se pone en el mundo interior. El lenguaje se vuelve cercano a la poesía «los otros giraban el tema como se gira un vaso de cerveza […] casi sin sentir que se está manoseando una cosa transparente. La noche me golpea la cara».
«Si yo pudiera decir tan solo una palabra que fuera cierta diría: me perturbas».

Aunque en este cuento no hay nada explícitamente coital, como en otros, cuando nombra lo sexual lo hace sin circunloquios: «cierro los ojos, entreabro los labios y me vuelvo mucho más fea pero mucho más sexual» y lleva lo sexual al límite con la violencia física. Creo que con esto R.S.S denuncia en sus cuentos la condición de mujer como ser violentado en la sociedad patriarcal, dominación simbolizada por lo sexual: maltrato físico, violaciones etc., pero que se hace patente en todos los aspectos de la vida. La sexualidad como malestar, tradicionalmente rodeada de culpa y de vergüenza. Hay un intento por superar la sexualidad falocéntrica, puesta en práctica, y escrita, teniendo como referencia solo el deseo del hombre.

Es sintomática también la presencia de drogas en estos cuentos. En varios de ellos los personajes consumen ansiolíticos como forma de evasión. El ansiolítico es una droga plenamente posmoderna, y comunmente aceptada entre las clases medias como paliativo del malestar vital.

Aunque desde un enfoque original, estos cuentos se inscriben dentro de una corriente de literatura escrita por mujeres en la que por primera vez se enunciaba el propio cuerpo, la pasión erótica y el deseo de las mujeres. Esta corriente se ha cultivado en Perú sobre todo en poesía a partir de los años 80.

(Esta entrada es una adaptación de un trabajo que presenté para el seminario Literatura peruana en contexto impartido por la profesora Raquel Garcia Borsani en Berlín en el año 2009).




[1] Rocío Silva Santiesteban: «Basta ser mujer para escribir como mujer», en El combate de los ángeles. Literatura, género y diferencia.

domingo, 14 de mayo de 2017

Dragustín, un dragón de cine, Mar Pavón y Lucía Serrano


Dragustín, un dragón de cine, Mar Pavón y Lucía Serrano


Nada más ver Dragustín, un dragón de cine, hubo algo que me atrajo en él. Me pareció un libro vivaz y positivo, aun antes de abrirlo. Mi amiga P. me dijo que a su hijo le encantaba, es más, que era uno de sus preferidos, y le pedí que me lo prestara para leerlo con M. 


Dragustín, un dragón de cine, Mar Pavón y Lucía Serrano

Y, efectivamente, Dragustín no decepciona. M. se estuvo partiendo de risa desde la primera a la última página, y lo hemos releído muchas veces. El cuento narra la historia de Dragustín, un dragón feliz... y también muy rutinario, hasta casi el aburrimiento, que hace todos los días lo mismo: "levantarse a las siete, desayunar a las ocho, leer el periódico a las nueve, pasear a las once..." y así con todo. 


Dragustín, un dragón de cine, Mar Pavón y Lucía Serrano
Pero lo que Dragustín aún no sabe es que de un día para otro le va a cambiar la vida a raíz de contestar a un anuncio por palabras del periódico en el que se busca a un actor para interpretar el papel de dragón en un película.

Él piensa que, a pesar de no ser actor, nadie podría representar ese papel mejor que él. Así que, ni corto ni perezoso, se planta en la calle San Jorge (guiño para los mayores) para hacer el casting. Dragustín causa sensación en el plató porque es enorme, aunque también un poco torpe, y causa un par de destrozos sin pretenderlo. 


Dragustín, un dragón de cine, Mar Pavón y Lucía Serrano

Al director de la película es al que más le gusta y le contrata sin dudarlo. Los días de rodaje se suceden y Dragustín se maneja regular en unos espacios tan pequeños para su envergadura. Así que, sin querer, rompe el decorado, le pisa el pelo a la princesa o se lo pone muy difícil al caballero cuando le quiere clavar la lanza. El dragón se siente avergonzado, pero el director en cambio está encantado con el realismo de su personaje y no hace más que alabarlo:

¡TREMENDO, BRUTAL, MONSTRUOSO!
Dragustín, un dragón de cine, Mar Pavón y Lucía Serrano

Dragustín, un dragón de cine, Mar Pavón y Lucía Serrano

Eso sí, todos creen que Dragustín es un actor con un disfraz muy logrado. Poco a poco, Dragustín va sintiéndose más cómodo con esa vida ruidosa e imprevisible que tiene ahora, y se va olvidando de sus rutinas de antaño que tanta seguridad le daban. 

Después de muchas aventuras, un día todo el equipo descubre que Dragustín es un dragón de verdad y... después del susto inicial incluso van con él al estreno de la película, al fin y al cabo ¡él es la estrella!
Dragustín, un dragón de cine, Mar Pavón y Lucía Serrano
Me parto con la cara de Dragustín y con sus posturas

Dragustín, un dragón de cine, Mar Pavón y Lucía Serrano

Viendo las ilustraciones os podéis hacer una idea de lo simpaticorro y expresivo que es Dragustín. La edición y el formato están muy cuidados y es un libro que os recomiendo sin dudarlo.

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