domingo, 20 de septiembre de 2015

Dagón, H. P. Lovecraft. Ilustrado por Pilar de Grado

Si eres miedoso no leas a Lovecraft de noche, y menos aún si estás solo o hay tormenta. Lovecraft da miedo, tanto que es difícil no estremecerse de gozo ante su lectura.
Hoy os quiero hablar de Dagón, relato de terror de H. P. Lovecraft que ha llegado a mí gracias a la edición realizada por Pilar de Grado, que también es la ilustradora del cuento. 
Este proyecto es su trabajo de fin de máster, y es una preciosidad; sí ya sé que es un adjetivo extraño para describir nada que tenga que ver con Lovecraft y los horrores que pueblan sus textos, pero es exactamente lo que me ha trasmitido. 












Lo primero que me llama la atención del libro es su formato alargado y estrecho, y su tacto mate, muy adecuado para apreciar los matices de color de las acuarelas y tintas con las que está ilustrado. Se ve que está pensado para disfrutar de las ilustraciones, a las que Pilar quiere dar un papel protagonista aunque siempre desde la limpieza del trazo.

El tratamiento de los dibujos parte de un planteamiento radicalmente distinto a las ilustraciones clásicas de los libros de Lovecraft, muy detalladas, barrocas o góticas en su representación de los terrores cósmicos y los monstruos del averno tan queridos por el autor. Pilar de Grado busca crear justamente el efecto contrario.

Unas ilustraciones de trazo fino, minimalistas y que con punto naif, que contrastan fuertemente con el relato de terror narrado en Dagón.

Los inventarios de peces y pequeñas criaturas marinas realizados con tinta a partir de manchas de acuarela me han conquistado. También me parece muy interesante el partido que le saca a los diferentes tonos de verde, único color de las ilustraciones junto con el negro, para transmitir al lector la sensación de algo pantanoso, de cieno marino, de asco difuso, tan gráficamente expresado por Lovecraft en su texto.
En palabras de la propia Pilar de Grado:

"Escogí esta historia para refrescar la imagen hiperrealista que suele asociarse al terror de Lovecraft, creando un dibujo más ligero y sintético que sirva de complemento a una narración tan densa y descriptiva característica de este autor.
Y envolver el terror con un papel de seda".

Lovecraft escribió Dagón en 1917 y fue publicado por primera vez en 1919. Ya desde las primeras líneas nos zambullimos en la historia al leer las palabras del narrador y protagonista dirigiéndose desesperado al lector, justificando su uso de la morfina y adelantando un posible fatal desenlace, todo debido a las desopilantes visiones que ha tenido la desgracia de contemplar, que se siente incapaz de superar y que nos va a ir desgranando a lo largo del relato: Cómo fue apresado por un barco de guerra alemán, cómo consiguió huir en un pequeño bote y cómo después de varios días a la deriva y de un sueño plagado de visiones anticipatorias se encuentra flotando en un fango putrefacto  y viscoso lleno de peces muertos que le hiela la sangre. El mar ha desaparecido y él dedica los siguientes días a explorar esa innominiosa tierra hasta que se encuentra con un monstruo mucho más horrible de lo que nunca soñó. Ya os he contado demasiado, así que no quiero profundizar más para que os animéis a leerlo y a experimentar la envolvente y terrorífica prosa de Lovecraft acompañada por las sugerentes ilustraciones de Pilar.

Después de leer este cuento se me ha abierto el apetito para animarme con su más que famosa serie Los mitos de Cthulhu, cuyo imaginario ha calado tan hondo en la ciencia ficción de terror y en tantos dibujantes e ilustradores.

Pilar, igual que yo y que tantas otras personas, está intentando abrirse un hueco profesional en su campo. Si os han gustando las ilustraciones del libro y queréis poneros en contacto con ella para proponerle alguna colaboración, aquí os dejo su email: pilidegrado@gmail.com





domingo, 13 de septiembre de 2015

Lecturas por meses: marzo

Esta entrada la ilustro con el dibujo que veis aquí porque no puedo hacer la foto de la pila de libros que leí; los he devuelto a la biblioteca o a sus dueños, o bien eran virtuales, y además porque queda un poco pobre hacer una foto de dos libros cuando en marzo leí tantos. 
Como hace ya unos cuantos meses, para retrotraerme a ese momento tengo que hacer casi un ejercicio de prospección inversa. ¿Qué pasó en marzo? Pues por lo que dice mi diario de lecturas pasó que leí mucho, y poco a poco me voy acordando. Sí, leí bastante, pero también abandoné por lo menos dos libros, otro aún lo tengo a medias y... bueno, ya me vais conociendo un poco, a veces leo más con el deseo que con lo que en realidad puedo abarcar, como esas personas que comen con los ojos.
Sin más preámbulos este es el resumen de marzo de 2015:

Una hache intercalada, Mercé Soler: Este libro me llegó por casualidad, ya que me pidieron que lo reseñara para el portal Berlín Amateurs. Me sorprendió gratamente. Si queréis, aquí podéis leer la reseña que escribí.

Flores en las grietas. Autobiografía y vida, Richard Ford: Con este libro aún sigo empantanada, porque son artículos y reflexiones sobre literatura de este autor norteamericano que se pueden leer sueltas. Tiene aspectos interesantes que se merecen su propia entrada (a ver si lo consigo). P.D.: De Richard Ford no he leído ninguna novela, por lo tanto es curioso que me haya animado con sus ensayos literarios sin conocer su prosa de ficción. Esto mismo también me ha pasado con el escritor chileno Alejandro Zambra.

Vurt, Jeff Noon: Ciencia ficción licuada. Un poco chasco. Podéis leer la reseña aquí.

Hilos de sangre, Gonzalo Torné: Empecé esta novela con muchas ganas y el comienzo no me decepciono. Densa, con mucho monólogo interior, crisis vital y emocional de una chica en la treintena. Muy bien, lo que me gusta. Pero en algún punto me perdí. En un momento de la novela la acción pasa del presente al pasado, para contar la historia del abuelo de la protagonista en la Cataluña de la Guerra Civil y la posguerra. Y de pronto lo intelectual es demasiado intelectual, ya no conecto con los personajes, cada página me pesa. Así que teniendo en cuenta que eran casi 700 páginas de libro, que la cosa no mejoraba y que tengo una pila de libros esperando ser tomados y abrazados, lo dejé.

El fin de la clase media, Esteban Hernández: El año 2015 está siendo, con respecto a mis lecturas, el año de la sociología. Este libro lo leí en pdf y fue una donación de su editorial, Clave intelectual, que cuenta con un catálogo muy interesante sobre análisis político de la actualidad, narrativas sobre la sociedad contemporánea, ensayos sociológicos, etc., que siguen una línea editorial de izquierdas y crítica con el capitalismo y la globalización. Tienen un montón de libros que me apetece leer, así que a ver si consigo que me pasen algún otro. En este ensayo/análisis, Esteban Hernández analiza el declive que está sufriendo la clase media en las culturas occidentales, profundiza en las causas de la crisis del trabajo tal como se entendía en la época fordista, aventura tesis y hace un recorrido por el desarrollo del capitalismo tardío y del neoliberalismo. Lo devoré. Es un libro esclarecedor que, aunque intenta abarcar temas muy complejos y a veces se va por las ramas, me parece básico para entender el proceso en el que estamos inmersos. Y sí, da miedo.

El círculo, Dave Eggers: Novela distópica que ha sido uno de los best sellers del año. Tiene la capacidad de atraparte y no soltarte. La trama con una megacorporación "amable" que quiere controlar el mundo y acabar con lo que entendemos por vida privada así como de hiper buen rollo también da bastante miedo, casi, casi como si no fuera ficción y nos estuviera describiendo nuestra realidad hiperconectada.

Unas vacaciones baratas en la miseria de los demás, Julián Rodríguez: Con este título la verdad es que esperaba algo diferente, que me removiera, una novela psicológica y metaliteraria, pero el título es igual de hermético que el resto del libro. Un escritor al que le han dado una beca, una vuelta a sus orígenes extremeños, ensayos sobre fotografía y el sentido del arte contemporáneo intercalados (muy buenos), y un par de novelas cortas basándose en personas que aparecen en las fotos. Pfff, demasiado intelectual sin que se entienda muy bien por qué. Lectura que me dejó una impresión agridulce.






martes, 1 de septiembre de 2015

Vurt, Jeff Noon

Vurt es una droga, son plumas para soñar. Vurt provoca "sueños" reales de los que a veces no se vuelve.
Este libro de Jeff Noon se podría decir que es una novela de ciencia ficción, y más concretamente del subgénero ciberpunk, cuyo máximo exponente es William Gibson y su Neuromante. Para mí el encuadre no está tan claro ya que el imaginario de Jeff Noon se acerca más a lo fantástico, la tecnología juega un papel muy secundario y tampoco hay una ambientación lograda de ese futuro donde todo el mundo está colocado.
El propósito de Jeff Noon con este libro es, según sus propias palabras, escribir sobre los cambios de las sociedad y cómo estos afectan a la gente joven.
El protagonista de la historia es un joven que ha perdido a su gran amor, y también su hermana, Desdémona, en un viaje alucinado bajo los efectos del Vurt. 
Hay muchos tipos de plumas Vurt que provocan diferentes clases de sueños, e incluso entrar en los sueños de otras personas, y las amarillas son especialmente peligrosas ya que uno puede quedarse atrapado en ellos y no poder volver a la realidad. En el mundo de Vurt, Desdémona es intercambiada por una masa viscosa extraterrestre enganchada al Vurt, que acompañará a Scribble en su búsqueda y en todos sus traspiés.
Scribble y su panda de amigos se pasan toda la novela colocados y, la verdad, llega un momento (pasadas no más de 30 páginas), que la psedopsicodelia se hace muy pesada y solo me veía deseando llegar al final de la historia.
Es una novela de personajes perdidos; para Scribble la droga es una ayuda para escapar de una realidad dolorosa que no quiere admitir. Bajo mi punto de vista la idea argumental es buena, pero no está bien desarrollada. De nuevo personajes planos, una trama confusa y sin sentido por la que el lector vaga a la deriva y que aburre bastante, y algún pasaje inspirado que pierde fuerza dentro del conjunto.
Lo que más me ha interesado son los juegos textuales que hace el autor para borrar las fronteras entre la realidad y el sueño. Se ve muy claramente la influencia de Lewis Carroll y Alicia en el país de las maravillas. Jeff Noon dice textualmente sobre su novela:
"Si Carroll daba en Alicia en el país de las maravillas una versión exagerada y deformada de la época victoriana, yo he intentado hacer lo mismo con los 90 y las macrorraves en Manchester".

Recuerdo ver una reseña de esta novela en un fanzine estiloso que regalaban en las tiendas modernas de la calle Fuencarral. Eran finales de los 90 y yo estaba fascinada por El Bali Hai y la exploración del mundo. Quizá ese fue su momento para haberla leído y no ahora.






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