jueves, 19 de junio de 2014

Ancho mar de los Sargazos, Jean Rhys


Esta es una de las imágenes más conocidas de la escritora Jean Rhys


Ancho mar de los Sargazos, novela escrita por Jean Rhys (1890-1979) y publicada en 1966, no me ha dejado indiferente. Tampoco puedo afirmar tajantemente que me haya encantado, ya que más bien me ha inquietado y  producido un cierto desasosiego. Es un libro que embriaga y perturba, como si fuese una orquídea salvaje, singular y escondida, que no podemos dejar de oler aunque su denso perfume nos maree y aletargue los sentidos.

Es una novela singular, que por momentos me ha costado leer, pero cuya aura ha permanecido conmigo al terminar de leerla. Me la recomendó Ana, la librera de Bartleby, y a mí el título me sonaba vagamente, aunque no sabía nada de la autora ni de su mundo narrativo. 
La historia parte de una premisa original, y es que se puede decir que es la precuela de Jane Eyre (1847), de Charlotte Brontë, de la que toma a un personaje desdibujado y sin biografía (la loca del desván) y retoma su historia para contarnos cómo fue su infancia y juventud en las Antillas, antes de emigrar a Inglaterra. 
No he leído Jane Eyre por lo que asumo que me pierdo una parte importante de la intertextualidad y la simbología de la obra. 

"La loca del desván" es Antoinette Cosway, hija de una criolla y un esclavista, y la novela nos cuenta su vida en Jamaica hasta que se casa con el señor Rochester (personaje protagonista de Jane Eyre). 

En la primera parte de la obra, Jean Rhys consigue introducirnos, magistralmente, en la piel de Antoinette niña viviendo con su madre en una finca decadente que va cayendo en el abandono. Sus descripciones hacen que nos imaginemos el avance de la selva, su fragante y hediondo perfume, la maleza que todo lo cubre. 
Este ambiente opresivo funciona también como una metáfora de las relaciones de esta familia con otros blancos ricos y con los criados negros, plagadas de incomprensión, oscuros presentimientos y odio soterrado. Es muy interesante ir adivinando esa violencia en las relaciones, sobre todo con los esclavos, a través de los ojos de una niña, que prácticamente se cría sola. 

"Hormigas negras u hormigas rojas, altos hormigueros de hormigas blancas, lluvia que me calaba. Una vez vi una serpiente. Todo mejor que la gente. Mejor. Mejor, mejor que la gente. Contemplar sin pensar en nada, las rojas y amarillas flores al sol fue como si una puerta se abriera y yo me encontrara en otro sitio y fuera otra. Ya no era yo".


Después de una serie de acontecimientos que no voy a desvelar para no desmenuzar toda la novela, Antonniette se casa con un joven inglés (Rochester) con el que mantendrá una enfermiza relación que desembocará en la impactante última escena, que es a su vez la apertura de Jane Eyre.


Es una novela que ahonda en lo psicológico, en la oscuridad, y en otro plano en la desigualdad en las relaciones entre personas, en el abuso de poder de unos contra otros y en la violencia que va creciendo y se vuelve incontenible. 

Como lectora he asistido con malestar a ese mundo en proceso de cambio, de fin teórico del esclavismo, de odio, incomprensión y violencia. Jean Rhys no construye una novela de buenos y malos, no juzga pero sí muestra una realidad que no es fácil analizar y en la que predomina un ambiente enrarecido y malsano, y una visión oscura de la naturaleza humana.


El estilo y la cadencia del lenguaje de la obra son muy actuales y fue una novela adelantada a su época. En el plano formal tiene elementos experimentales muy interesantes como la alternancia de voces y visiones entre Antoniette y su esposo en la tercera parte. Este recurso está muy bien conseguido y hace oscilar la posición del lector entre los dos personajes. Ancho mar de los Sargazos, no solo en este aspecto, tiene un planteamiento dialéctico.

Antoniette es una desclasada, está entre dos mundos (el de los criollos y el de los esclavos) y en ninguno de ellos es realmente aceptada. 
En una lectura feminista de esta novela podemos ver el personaje de Antoniette como la mujer sin voz a la que por fin se le permite enunciarse, narrar su lucidez o su locura desde sí misma y no desde una voz externa que solo la juzgue. Si a alguno de vosotros os interesa profundizar en este tema y en la crítica literaria feminista podéis leer "La loca del desván".
Yo, para terminar, cierro los ojos y me abandono al sueño de la jungla en las Antillas. 
Yo, en abril, leyendo "los Sargazos" en Pisa y haciendo una gracieta de turista.

(Si queréis comprar esta novela y no la encontráis en vuestra librería de barrio o en la biblioteca, podéis hacerlo a través de este enlace).
 

domingo, 8 de junio de 2014

Lecturas por meses: mayo


En el mes de mayo he tenido una de cal y otra de arena con respecto a mis lecturas. He dejado El arca porque la trama era cada vez más lenta y soporífera, lo cual es imperdonable en una novela de ciencia ficción, y más si el planeta tierra está inundado y un grupo de jóvenes elegidos está construyendo una nave para colonizar un nuevo mundo. 
No pude terminar Sombrero y Mississippi, de Ray Loriga, porque se me agotó el plazo de devolución a la biblioteca. Tenía reflexiones interesantes que he desperdiciado ya que tuve que quitar todos los papelitos de recuerdo sin haber tomado notas en el cuaderno. Los libros que he terminado me han gustado y me han hecho pensar. Así que en este sentido ha sido un buen mes lector.

Taipeide Tao Lin: a pesar de tener algún pasaje que se me ha hecho algo repetitivo, es una novela que me ha gustado mucho a la vez que me ha desasosegado y me ha hecho comprender mejor a su autor y a la juventud que retrata. El vacío existencial y las relaciones virtuales dan miedo y atraen a partes iguales.

Cenital, de Emilio Bueso: ¿ciencia ficción distópica o novela de anticipación que nos avisa de lo que se nos puede venir encima cuando empiecen a escasear los combustibles fósiles? 
Leedla y sacad vuestras propias conclusiones. 
Me la ventilé en cuatro días. El tema me interesa mucho y comparto en gran medida la visión del autor, aunque él es más pesimista que yo. Bien documentada, ágil y con un punto de partida estupendo. Pegas: los personajes están bastante estereotipados y la trama no tiene mucha profundidad. Es una novela de tesis con una historia entretenida y fácil de leer de fondo. También da miedo pero por otras razones.

Callejón con salida, de Laura Antolín: Laura es una escritora que he conocido a través de este blog y que me ha enviado su novela. Ante esta lectura no tenía ningún prejuicio así como ninguna expectativa. Me enfrentaba a ella totalmente en blanco. Es una novela cortita que no me ha costado nada leer. Me ha gustado bastante. Me he metido en esa historia arrabalera de Barcelona a finales de los noventa sin ninguna dificultad. Narración intimista y sincera de la que espero contaros algo más en una reseña individual.

Estas han sido mis lecturas de mayo. ¿Me habláis de las vuestras para darme ideas?  







 

jueves, 5 de junio de 2014

¿Por qué he puesto un botón de donativos en el blog?

Escribir esta entrada no me resulta fácil, y es que cuesta, a mí me cuesta, hablar de dinero; ese constructo simbólico que nos sirve para el intercambio de bienes y servicios, que se ha erigido en dios absoluto de nuestro mundo y sin el que es bien difícil vivir. Hablando en plata (nunca mejor dicho): parné, guita, leuros, pasta, mosca, efectivo, cuartos, pelas... Hacer referencia al dinero causa pudor, sobre todo cuando se tiene poco. 
Nunca he tenido una relación fácil con este "señor" y durante un tiempo pensé que podría vivir casi sin él. Sigo pensando que seguramente seríamos más felices si no dependiéramos del dinero tanto como ahora. Me gustaría ser más autosuficiente, practicar el trueque, participar en redes de ayuda mutua. Pero ahora mismo eso no es una realidad en mi vida. 
Y necesito dinero, mucho o poco, depende de con quién o con qué se me compare. Lo sufiente para no tener que dedicarle tanto espacio mental como me pasa ahora. Poder cubrir mis necesidades, y las de mi hija, sin quebraderos de cabeza. Y claro, luego están los "lujos", y el mío, al que me cuesta tanto renunciar, son los libros. Objetos que se acumulan en las estanterías pero que no ocupan espacio en la imaginación y que son una parte importante de lo que soy y lo que aprendo, y que no son baratos. 
Es paradójico que a los 35 años, cuando se puede decir que más asentada estoy es cuando más me está costando ganarme la vida (no ayuda mucho trabajar pocas horas y no cobrar un duro si me pongo mala o hay vacaciones escolares). También es algo de poca risa ganar más limpiando casas o sirviendo cafés que ejerciendo mi profesión. 
Y escribir sobre libros, retomar la ficción, currarme este blog, esto que adoro hacer, no da dinero.
Sé que estas quejas mal disimuladas sobre mi situación laboral son un reflejo y un retrato de la de muchos de los que me leéis. Y sé que como yo os sentiréis estafados y a veces rabiosos. "He cumplido mi parte, lo que se suponía que tenía que hacer, he estudiado una carrera y un posgrado y sé idiomas y, y... al buscar mi hueco no recibo lo que la otra parte tenía que ofrecerme, muchas veces ni siquiera una oportunidad". Es cierto que he dado vueltas, que me he perdido y me he encontrado, que he tomado decisiones equivocadas, ¿y qué? Me aterraba ser funcionaria y tener un trabajo para toda la vida, ¿y qué? 
Aspiro a un trabajo digno, a no tener que deslomarme por cuatro duros, ni correr de una punta a otra de la ciudad para cubrir mis horas de precariado.
Me cago en la globalización, en el capitalismo neocon, en la misera generalizada de muchos y la riqueza vergonzante de muy pocos, en la troika, en la doctrina del shock, en el poder obsceno de las megacorporaciones, en la injusticia social y la desprotección de los trabajadores, en la invisibilización de los cuidados y la competencia ciega que nos pone a unos contra otros...
y después... sigo estando a dos velas y deseando poder comprar algún libro, tener tiempo para leer y escribir y quizá, ojalá, poder dedicarme a ello. 
Así que si a alguno de vosotros (no los que estáis igual que yo ni los que ya me ayudáis en todo lo que podéis y a los que os estoy tan agradecida) os interesa lo que escribo y queréis contribuir a que lea ese libro que tanto me apetece (y escriba sobre él en estas páginas virtuales) y que no está en la biblioteca del Instituto Cervantes o que nadie me puede prestar, podéis hacer una aportación a este blog (50 cent., 1 euro o lo que os plazca) apretando El botón de donar que está en la barra lateral. El pago se hace a través de Paypal (no hace falta tener una cuenta ya que se puede pagar directamente con tarjeta y de forma segura).
Y qué más puedo decir, esto es una explicación y también una justificación de por qué he puesto el botón de donativos. 
Miles de gracias. 
Os dejo con Paco Ibáñez versionando a Quevedo en Poderoso caballero.



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